Llegaron durante las últimas dos décadas a Argentina buscando un cambio de vida, oportunidades de inversión o explorando nuevos horizontes y descubrieron Mendoza, una de las capitales mundiales del vino.
Los suizos Nicole Affolter, Hubert Weber, Peter
Meuli, Marc Weiss, Urs Wolf, Cecile Adam y David Waeger vinieron
para quedarse.
Mendoza se ha convertido en uno de los destinos elegidos por la
nueva inmigración suiza. Ubicada a los pies de la Cordillera de los
Andes, es una de las zonas más pujantes y bellas de Argentina, y hoy
figura en las guías de turismo por sus paisajes, vinos y hoteles de
excelencia.
Peter Meuli contó a swissinfo.ch que llegó a Mendoza en 2004, luego
de vivir varios años en Buenos Aires, y aseguró que ya no puede
pensar su vida en otro lugar.
Nacido en los Grisones y criado en Davos, hoy tiene uno de los
emprendimientos más prósperos y originales de la zona. La ‘Finca Los
Amigos - Mendoza Vineyard Village’ es uno de los dos primeros
‘country de viñedos’.
Con más de 270 hectáreas en Luján de Cuyo, Meuli ofrece y administra
lotes de 1 a 4 hectáreas a particulares extranjeros que sueñan con
su propia bodega.
Además de dar clases en la Universidad Nacional de Cuyo en el MBA de
Administración de Negocios, tiene su propio viñedo y produce vino
Premium que exporta a Suiza y Estados Unidos.
Aunque reconoce extrañar la disciplina y puntualidad helvética,
asegura que Mendoza fue mejor de lo que esperaba y se dice feliz. “Por
los amigos, el tiempo que uno se hace acá para ellos, porque no
tiene el estrés de las ciudades grandes y… ¡por la siesta!”
Enólogo ‘de excelencia suiza’ en tierras cuyanas
Hubert Weber nació en Berna y en 1996 llegó a
tierras mendocinas para trabajar por un año como enólogo, pero la
vida, y una mendocina que se convirtió en su esposa y madre de sus
tres hijos, quisieron que se radique en Luján de Cuyo.
Hoy es uno de los mejores enólogos del país, recibe numerosos
premios por sus vinos y tiene su propia marca, ‘Hubert Weber’, que
además exporta a Suiza, BeNeLux (Bélgica, los Países Bajos y
Luxemburgo), Alemania, USA y Brasil.
“En 2011 exportamos unas 3.000 botellas y esperamos llegar este año
a las 15.000. Los vinos argentinos están siendo muy apreciados en
Europa”, explicó Weber, quien es también enólogo de los vinos de
‘Entre Cielos’ y socio con su compatriota Urs Wolf en la producción
de otro vino estrella.
“Actualmente con Urs producimos un vino que se vende como ‘Hubert
Weber Cellar Selection Malbec 2009’, y acaba de recibir 92 puntos de
Patricio Tapia, por lo que será publicado en la guía Descorchados
2013, y estamos muy contentos”.
De lobos y sueños compartidos
Urs Wolf también es bernés y
promedia los cuarenta años. Arribó a Mendoza en 2007 buscando un
cambio de vida y poco a poco está dejando atrás al ‘gerente
financiero’.
Hoy, además de estar asociado con Weber en la producción de Malbec,
impulsa ‘Tierra de Lobo’, un proyecto donde se propone hacer los
mejores ‘espíritus’ del país.
“He venido a este país por el suelo, para tener mi ‘Tierra’ y hacer
productos únicos. El primer paso es el vino que hacemos con Hubert”.
La historia de Cécile Adam y David Waegner es también de sueños y
trabajo. A la hora de describir cómo llegaron a Mendoza con ‘Entre
Cielos, Luxury Wine Hotel & Spa’, lo definen así:
“Somos un grupo de suizos entusiastas del vino e inversores que en
2009 descubrimos este maravilloso lugar del mundo. Supimos que
habíamos encontrado el sitio perfecto para implementar nuestra
visión de diseño, hospitalidad y servicio, transfiriendo nuestros
valores alpinos a los pies de los Andes”.
Hoy su hotel está catalogado como “un cinco estrellas de excelencia”
y sobre un terreno de viñas de más de ochenta años de edad, se
extienden 3,2 hectáreas de plantas de fino Malbec, de donde nacen
los vinos ‘Marantal’ cuyo enólogo es Hubert Weber, y de los cuales
este año exportaron 2000 botellas a Suiza.
“Disfruto que no está todo hecho”
Nicole Affolter es oriunda de Grenchen
(Solothurn), y disfruta de su vida y de las simples cosas que
encuentra en Argentina:
“Llegué en 2007 y ya conocía el país porque tengo un tío que vive en
San Martín de los Andes, así que sabía lo que encontraría”, cuenta,
al tiempo que relata que su finca “La Carmelita’ marcha muy bien.
“Es un hotel rural y recibimos muchos pasajeros, el 85%, argentinos
y un 15% suizos, alemanes, americanos…”
“No hacemos vinos, pero tenemos 1,5 hectáreas de Cabernet Sauvignon
y los jardines están rodeados de ciruelos, olivos y diversos árboles
frutales que hacen que sea muy atractivo para los turistas que
buscan naturaleza y tranquilidad junto a las montañas.”
“¿Qué disfruto de acá? Que no está todo hecho y que la gente trata
de reparar las cosas y no las tira. También de la finca, su espacio
y su paz, algo a lo que en Suiza no hubiera podido acceder”.
La mano suiza en ‘el comercio justo’
Gabriela Furlotti es la dueña de la centenaria
‘Bodega Furlotti’ y actualmente cuenta con un equipo donde el
espíritu helvético se hace presente.
“No soy suiza pero mi vida está rodeada e influida por suizos. En
2005 comenzamos a elaborar vinos de ‘comercio justo’ con el suizo
Patrick Struebi, y juntos decidimos poner en marcha la bodega de mi
abuelo y producir Soluna y Amaranto. Luego se sumó
Marc Weiss, en 2006, quien se ocupa de producción y ventas. Su
pasión por el vino lo trajo a estas tierras”.
El año pasado ‘Bodega Furlotti’ exportó más de 100.000 botellas y a
Suiza exportan 10.000 botellas al año.