La nueva grappa no es cool, pero enamora
SEAMOS FRANCOS: ANDAR CON UNA COPITA DE GRAPPA NO COLABORA A LA IMAGEN GLAMOROSA
DE NADIE.
SIN LA SOFISTICACIÓN DE LAS BURBUJAS DEL CHAMPAGNE NI LA CONTUDENCIA DEL
MARTINI, LA GRAPPA ES EL TRAGO PARA LOS AMANTES DEL VINO.
¿PERO QUE ESTA PASANDO EN EL MUNDO, QUE A LA GENTE CHIC SE LE HA DADO POR
TOMARLA?.
En
toda Europa no hay licor tradicional que haya dado un vuelco tan espectacular
como la grappa.
Lo que alguna vez fue un aguardiente de orujo nada refinado con que los
campesinos del norte de Italia combatían el frío, pasó a ser un licor que
precisa botellas sopladas a mano y se vende a 80 dólares o más.
Algunos neófitos podrán creer que su sabor es simple, pero requiere de una
comprensión gradual y progresiva.
La grappa es fascinante y malinterpretada.
Ya no incendia la garganta como en sus orígenes, pero definitivamente no es una
bebida amigable.
¿Para qué probarla entonces?
Porque su sabor dramático, íntimo e intenso revela la más profunda esencia de la
uva.
La grappa es, en realidad, el trago de los amantes del vino.
Técnicamente, la grappa es, como el coñac, un aguardiente de uva, lo que en el
mundo anglosajón llaman brandy.
Es un destilado de la pulpa, el orujo, tallo y semillas de la uva, los mismos
elementos utilizados en la elaboración del vino.
Es originaria de la zona del Véneto y de la Toscana, contiene entre un 40 a un
50 por ciento de alcohol por volumen y es transparente como el agua clara si
está añejada en barriles de fresno o toma un color ámbar si pasó por roble.
El intercambio con la madera –por lo menos seis meses de los doce de la
maduración deben transcurrir en barricas– tiene un efecto armonizante y
refinador.
Como los coñacs sin añejar, la grappa es eau-de-vie.
Nadie sabe exactamente cuándo comenzó a destilarse este orujo.
En el siglo XV en el centro de Europa se destilaban los derivados de la uva como
una manera de preservar el vino para los viajeros y comerciantes.
Para esa época, los granjeros no podían pagar por ese vino que ellos contribuían
a elaborar y por eso destilaban para sí mismos el orujo viejo.
El resultado era una bebida eficiente para combatir el cansancio de una jornada
agotadora y dolor muscular, un rudimentario drink de campo que necesitada ser
refinado.
Cuando la vida de granja mejoró, sobrevino el desafío de ganar nuevos mercados
para este aguardiente primitivo y se mejoraron la calidad de la fruta y el
método de destilación.
En 1451, en el Friul, un tal Enrico dejó en su testamento un “agua de la vida” a
sus herederos de la que precisó que se trataba de “grape” palabra que aludía
tanto al “rape”, uva en italiano, como al “graspa”", uva exprimida.
Hace pocos años, sin embargo, una nueva grappa vio la luz gracias a que los
enólogos de todo el mundo comenzaron a destilar uvas cada vez de mejor calidad.
El resultado es mucho más dulce e interesante.
Esta versión mejorada de la grappa recorre el mundo bajo el nombre de u’e.
Y el relanzamiento incluye botellas de vidrio soplado a mano según la tradición
italiana, de formas atractivas con curvas sensuales que reflejan el amor por el
fuego y la creatividad que esta bebida representa.
Aunque no hay que sucumbir a la belleza de la botella, los trucos del márketin
no aseguran calidad.
Existen tantos varietales de grappas como cepas –de la grappa de Cabernet, a la
Sangiovese, Barbera, Moscato o Chardonnay– pero según sea la uva empleada, el
orujo,
que debe ser puro y bien jugoso, tiene un influencia decisiva en los aromas.
Por esto las Grappas pueden dividirse en de tipo no aromático y las de tipo
aromático como la que dan la uva Moscatel y Tramín.
La grappa desarrolla a los pocos meses de destilación un extraordinario bouquet
y un gran cuerpo.
La más joven debe servirse fría, entre los 8 y los 10 grados, en copas de licor
mientras que una grappa madura puede servirse entre los 16 y los 18 grados y en
copas de vino para poder apreciar todos sus aromas.
Obviamente las grappas y las u’e más refinadas provienen de Italia y se
diferencian por su prodecedencia.
Las mejores provienen de cinco regiones –Friuli Venecia Julia; Lombardía;
Piamonte y Valle da Aosta; Trentino y del Tirol del sur y la del Veneto– aunque
otras regiones, como la Toscana, Liguria, Cerdeña, Lacio y Emilia Romagna,
tam,bién la elaboran.
Cuando la etiqueta dice simplemente "Grappa italian" significa que esconde
mezclas de destilaciones de distintas regiones.
La grappa di monovitignio está hecha con un solo tipo de uva y proviene de
destiladores que cuidan especialmente la calidad.
La más conocida es la Grappa di Picolit, de uvas dulces y concentradas de
cosecha reducida.
Otras muy apreciadas son las de uva Verduzzo, Barolo o Moscato.
En los Estados Unidos se elaboran buenas Grappa, u’e y eau-de vies en Bonny Doon,
Msby, Creekside, St. George Spirits, Domaine Charby y Germain-Robin.
Los precios varían ampliamente al igual que ocurre con los vinos desde los
modestos 18 dólares hasta los 80 dólares y más, pero, como con los vinos, más
caros,
el alto precio no siempre significa que sean mejores.
Como con el vino, la única manera de aprender de grappa es probar y explorar.
Pero probarlas tiene sus propias reglas.
Como es tan intensa y rica en sus detalles aromáticos a veces, con sólo olerla
es suficiente.
Disfrutar de una buena grappa no es algo que pueda lograrse de la noche a la
mañana, pero los que se animen con ella se sumergirán en un amor inusual porque
este drink nada cool,
le da una vuelta de tuerca más a todos los regalos de la uva.
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