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Hace unos días tomamos, en una cena, en casa dos vinos.
Con la entrada (que era una ensalada de rúcula, con láminas de queso
fontina, quinoa, nueces de pecan caramelizadas y crouton al ajillo),
tuvimos oportunidad de deleitarnos con el Weinert, Merlot, Cosecha
2004, que a mi me gustó muchísimo.
Se trata de un vino clásico de esta bodega a la que he recurrido después
de mucho tiempo, tal como les contara del Carrascal,
la semana pasada que, como todos los productos que elabora tienen
calidad y tradición, con un estilo propio,
más cercano al viejo mundo que a lo que habitualmente estamos
acostumbrados.
Es 100 % Merlot, tiene 14,5° de alcohol que no se notan, pasó dos años
en toneles de roble francés y tiene un color rojo rubí
ligeramente atejado.
En nariz muestra notas de frutas rojas y negras, toques de especias, y
vainilla y algún dejo de notas tostadas.
En boca tiene un ataque dulzón, es agradable y aterciopelado en todo su
recorrido mostrando una personalidad delicada, redonda,
amable que deja una sensación de estar tomando un vino de muy alta gama.
Su final es largo y suave, de esos que invitan a otra copa.
Con un precio de $ 50 es muy, pero muy bueno, y excelente si uno gusta
de este tipo de vinos.
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