VINOS
OLDFASHIONED; CLASICOS QUE NUNCA PASAN DE MODA
Por Alejandro Iglesias

Hay algunos vinos que existen desde antes de que vos
nacieras, etiquetas clásicas cuyo estilo se adaptaba al gusto de aquella
época.
Hoy, manteniendo el mismo carácter, recobran protagonismo.
Estos son los vinos old fashioned que vale la pena redescubrir.
Lo dicen los especialistas
Argentina es un país
a medio
camino del viejo y del nuevo mundo
vitivinícola.
La parte nueva es la que
ves en los programas especializados de
la televisión y en las revistas, con varietales
como el Malbec y el Torrentes
sonando fuerte, etiquetas llamativas y
vinos potentes.
Pero la parte vieja, de la
que ya casi no se habla, está formada
por una serie de vinos clásicos
entre los que López, Bianchi
Borgoña y Carrascal arman el
corazón histórico.
Esto es como en el cine. Te
encanta la pinta atorrante de
Johnny Depp, pero cuando ves
a Clint Eastwood sentís
una extraña sensación de cosa
conocida, respetable. Lo mismo te
pasa con el vino: cuando
pones sobre la mesa la
etiqueta que tomaba tu viejo a
tu edad, sentís que ese vino
estuvo siempre ahí y que su sabor y cuerpo son algo tan conocido como
las mesas de tu infancia. No
es poca cosa.
Pero la nostalgia no alcanza
para definir un clásico como
López (antes llamado Selección
López), o el Carrascal de Cavas de
Weinert, o un San Felipe en
caramañola de Bodega La
Rural.
Clásicas
son aquellas etiquetas que tienen
un par de décadas
en la góndola. Las
que le dieron de beber a más de una
generación,
formándole el paladar, y
que resisten junto
al consumidor más allá de lo que puedan
decir los críticos
sobre lo viejo y lo nuevo y sobre lo que
está bien y mal.
La segunda vida de los clasicos
En nuestro mercado los clásicos
vienen de una época dura. Una época en la que el estilo del vino
dominante
estuvo marcado por el alto impacto,
la potencia y el sabor
pronunciado,
antes que el sosiego que caracteriza
a las etiquetas
históricas. El new world wine que está tan
de moda es el que tiene prensa y ofrece algo nuevo.
Y, de alguna manera, es el responsable
de que los clásicos
hayan entrado en un cono de sombras durante la
década pasada.
Pero contra todo pronóstico,
no desaparecieron.
Tampoco se cayeron del mapa, sino
que gozan de buena salud y siguen vigentes con fuerza nueva,
fieles a si mismos como los consumidores
que alcanzan cierta sabiduría
en cuanto a qué les gusta.
Tal y como
decía
un viejo vendedor de vinos:
"con los clásicos pasa como con las
personas, cuando envejeces no querés
cosas nuevas, querés la seguridad
de lo conocido.
Para extraño ya está el futuro". Y ahí es donde ganan estas
etiquetas. A ellas les dedicamos
esta nota. Acá, nuestros
clásicos favoritos, que nunca
pasan de moda.
P ara
todos los dias
La
mayoría de estas etiquetas ocupan
su lugar en la mesa argentina cotidiana,
con milanesas y ensaladas, y
se ganaron la confianza del consumidor
ofreciendo calidad constante a
precios muy razonables.
Son el facilón Vasco Viejo, de Bodegas López ($9) un blend clásico para
el paladar
argentino que se mantiene inalterable
mas allá de sus 60 años, el renovado
Cuesta del Madero ($10) de
estilo moderno aunque con la misma aceptación de siempre, o Carcasonne
Clásico ($9,50) uno de los blends que
se enorgullecían de usar Bonarda,
aunque hoy el corte es Cabernet-Malbec y resulta más corpulento.
Vinos que tantos litros han
derramado sobre la mesa
nacional sin muchas pretensiones,
sabrosos, amigos de la
cocina y la
economía
doméstica.
Para el bodegon y la parilla
Algunas etiquetas clásicas
sobreviven
en la carta de los restaurantes tradicionales
y te sacan de un apuro cuando
la billetera está anémica.
Todos livianitos
y querendones, de prolija factura
y mucha identidad, que dan su pelea
con una relación precio calidad imbatible
sobre los manteles de los bodegones
y las parrillas de barrio. Son:
Norton Clásico (tinto o blanco, $11),
inmutables al paso del tiempo y fíeles
al bebedor local; López Malbec o
Blanco ($15) para muchos todavía
Selección López; Cepa Tradicional
($15) rico blend que sigue fiel a si
mismo a pesar de cambiar de imagen;
Goyenechea Malbec Roble ($17), la
casa centenaria que tanto gusta por
sus vinos de paso fino; mientras que Carrascal resulta easy to drink
($22) y Bianchi Borgoña ($12,50), un rico corte de Bonarda y Barbera.
Clasicos de ocasion
Es llamativo ver como muchos vinos
que merecían un motivo para ser descorchados
hoy pasaron a ser cotidianos,
rezagados a una franja de precios
relativamente accesible.
Hace unos
quince o veinte años una botella de
Don Valentín Lacrado ($17), la del
lacre y el librito que siempre quisiste
despegar sin que se rompa, no se abría
todos los días. Lo mismo pasaba con
un Chateaux Vieux ($41,50), verdadero
lujo desde 1934 y aún hoy un
vino excelente para los entendidos.
Ni qué
hablar de Perdriel ($29,50),
la caramañola que amagó con despedirse
y tuvo que volver a la góndola
reclamada por sus bebedores, aunque
con algunos cambios de imagen y
un estilo más moderno.
Clasico sui generis
Con más
de 30 años en el mercado,
Valmont ($18) es un clásico que sigue
generando debate. Y aunque los
números lo ubican entre los más vendidos,
siempre tiene que rendir examen.
Desde un principio buscó ser fresco y vivaz, un concepto que en la época
de los vinos tradicionales eran reyes, era como llevar el pelo
largo.
Era el raro, claro, pero ¿levante
la mano quien no lo tomó como el
no va más en algún momento?
Hoy continúa fiel a su estilo ligero y frutal,
y se convirtió en una gran opción para los días calurosos si se
lo toma refrescado. Si le tenes
idea, dale otra oportunidad:
lo más interesante del mundo
del vino es su diversidad, algo que también ocurre entre los clásicos.
Clasicos aggiornados
Es cierto que nunca hubo tanta oferta de etiquetas como hoy, aunque siempre
hubo varias franjas de precios.
Y
quienes tenían
un peso de más en el pasado lo
invertían en vinos que
supieron ser símbolos de status.
Muchas hoy quedaron eclipsadas por vinos más caros, pero siguen
siendo etiquetas para lucirse. Por
ejemplo, Colección Navarro
Correas ($36), antiguamente
en la inconfundible botella esmerilada que permitía identificarla
a la distancia, ahora
ubicado en
el new world-style.
También
Caballero
de la Cepa ($35) diseñado por Don
Raúl de la Mota en los 60 para ser
un
vino especial y tradicional, que hoy
ostenta un carácter más moderno
sin perder el
foco en la calidad.
Fond
de Cave ($34), una de las etiquetas
de más extensa tradición en el mercado -lanzada en 1922- aunque que
hoy sume una amplia variedad de
cepas y hasta una
etiqueta Reserva
que acentúa el paso por barrica.
Entre todas estas etiquetas hay que
ubicar a dos que son bandera
insignia
del segmento.
Una es Cavas de
Weinert
($75), vino delicioso,
de perfil bajo
y muy demandado por los conocedores.
La otra Saint Felicien ($55n
que
fuera concebida como una de las primeras
etiquetas high class del pais.
Ambas siguen siendo
una excelente
opción por su relación
precio-calidad.
El unico del sur
A pesar que muchos creen que
los
vinos patagónicos son una novedad,
la centenaria bodega Humberto Canale
produce un clásico de clásicos,
el único representante austral;
Marcus Merlot ($ 18.50). Esta es un etiqueta que quienes patean las góndolas
del súper, secretean por
su
inmejorable relación calidad precio.
De paso, fue uno de los primeros
varietales de Merlot elegidos por
el
publico. Hoy, con una etiqueta renovada,
sigue siendo un hit.
Revista JOY No 74, Junio 2010 |
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