Las Estrellas de Weinert: pocas y rutilantes

Este vino destacado lo es por su calidad y enorme trabajo para  elaborar.
Es de esas bodegas “tradicionales”  o que hacen vinos considerados clásicos argentinos, al estilo de otra época, a pesar de ser una bodega con apenas 35 años de edad.
La madera tiene perfecta conjunción con los sabores propios del vino.
Y la fruta, los gustos sumados a su fineza aparecen rutilantes y diferentes a los del estilo Nuevo Mundo, que en pocas ocasiones se consigue por aquí. Cuando refiero lo de “enorme trabajo”, es por todo lo que realizó la empresa desde la compra de una bodega abandonada allá por la década del ’20 (antiguamente propiedad de la familia Otero).
Bernardo Weinert contrató, entre otros, a Rául de la Mota, que con un proyecto de elaboración distinto deslumbró a su dueño; al ingeniero agrónomo Alberto Alcalde, quien controlaría la “varietalidad” de las uvas cosechadas, trabajo que resultaría pionero para la época. 

 Bodega Weinert, con Weinert Malbec Estrella 1994.

Señoras y Señores, de pie, todos. Es otro de los merecidos integrantes de la nueva subcategoría creada en Olla Vinos.
Repite el cepaje del mítico Estrella 1977, aquel que por última vez probara en 2003 y disfruté largamente.
Aunque medido, aún vivo, como los grandes vinos de otras latitudes.
Da nada vale dar las notas de cata, pues es tanta la fineza y elegancia, que se hace difícil entregar sabores que se diferencien unos de otros.
Tiene una larguísima persistencia, es seda que pasea por la boca, nada está por encima y todo está en su medida.
Recuerdo que probé en la bodega, en 2007, cuando Don Bernardo debía elegir entre tres toneles para este Estrella que saldría al mercado a fines del 2010.
Así como leen, este Malbec excepcional tiene 13 años de contacto en roble francés de Nancy, y más de tres en botella.
Para que amalgame todas las notas, para que nada lastime.

Si quiere vivir una gran experiencia debe pedirle a su vinoteca de confianza que lo consiga, pues mucho se va al extranjero.
¿Su precio? $ 1000. Importante, pero bien vale la pena.