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Conocida desde 1976 por sus vinos de corte clásicos,
la
bodega de Bernardo Weinert mantiene desde siempre un
cultivado perfil bajo. Un poco porque el estilo de sus
vinos reclama cierto reposo, y otro
poco porque en esta casa se
toman las cosas con calma: los toneles no pueden apresurar la madurez
del vino.
Con un portafolio ya consolidado,
en la pasada década presentaron dos vinos:
Cosecha de Otoño
y Merlot Estrella 99, y este
año sumaron su otro emblema,
el Malbec Estrella 94.
Un dato es para agendar:
desde nuestra primera edición en 2004 que la bodega no tenía un
lugar tan destacado en estas
páginas. Buenas noticias para una casa paradigmática de la vieja
escuela enológica que interpreta como música
clásica el enólogo suizo
argentinizado Hubert Weber.
WEINERT MERLOT ESTRELLA 1999
Esta joya de Merlot
fue lanzada en 2008 y no es fácil
de hallar pero da que hablar. A la
vista ya es un vino distinto, con su color que
denota evolución en su atractivo
rojo de matiz teja. Aromáticamente es muy curioso, con bouquet
discernible en un matiz cárnico
y terroso, con algo de menta y
frutas secas.
En fase gustativa comienza ímpetu notable
para su edad y una arrobante
sensación de glicerina,
abriéndose pronto a sabores evolucionados, con un paso
marcado por taninos sorprendentemente
vivos y buen largo.
Entre los asterismos de nuestro firmamento vínico, Merlot Estrella
no solo es uno de los 100 más brillantes sino, además,
el único del siglo y milenio pasados,
cosechado cuando aún existía la convertibilidad.
Al igual que el Malbec Estrella son criaturas delicadas que
pueden fallar: en ambos casos
tuvimos que abrir dos botellas para hallar a su genio.
WEINERT MALBEC ESTRELLA 1994
La bodega se hizo
famosa por su Malbec Estrella 1977, el primero de una
saga de cinco vinos que Weinert destina a ser icónicos.
Así,
ahora llega el nuevo Estrella 1994, elaborado por Raúl de la Mota
y Hubert Weber.
A la vista gana el rango de vino
el tiempo, con su rojo granate con matiz teja de evolución.
Tras 15 años de tonel su expresión aromática es deliciosa:
hay un bouquet de hongos, cuero, frutas secas, carne y
terrosos limpio y nítido, un panorama olfativo casi desconocido para las
narices argentinas.
En fase gustativa es
amplio, sedoso y terso, con una materia plena y cargada de
deliciosos sabores en evolución avanzada, con una trama
tánica amalgamada pero bien presente (que le augura
varios años más de vida) y un final
largo y etéreo. Casi Top, su
segunda botella falló en la cata final. Pero si uno
puede permitírselo,
vale correr el riesgo porque no hay
otro vino así en el mercado, es una referencia única e ineludible
de Malbec argentino.
CAVAS DE WEINERT CARRASCAL 2006
Es el mejor tinto de
la casa para probar un estilo clásico
sin tener que
desembolsar mucho dinero.
Rojo violáceo a la vista, su aroma
evoca un nítido matiz cárnico y ahumado con
tonos frutales, en una combinación
infrecuente y agradable. En boca tiene buen jugo, con sabor sosegado y
frutal, y taninos apenas presentes. Un vino de carácter
propio, que en la carta de
restaurante suele tener la
mejor relación calidadprecio entre los vinos clásico, de la vieja
escuela del tonel.
WEINERT MALBEC 2005
En la línea
de varietales de la
casa destaca este vino violeta oscuro y de nariz compleja
y agradable que destaca por
su carácter atemperado
en 36 meses de tonel: fruta roja, notas herbales y un
ligero especiado.
En el paladar entra seco, con el paso
apretado por unos firmes taninos de
uva que abonan una sensación de peso, buen aroma de boca y final largo,
franco y refinado.
Un gran vino que está listo
para beber y resulta interesante, porque rompe el
molde del barricado.
Website:
www.bodegaweinert.com
Capacidad: 4,3 millones de litros
Viña:
20
hectáreas |